miércoles, mayo 12, 2010

Día 178

Esta calle es una de las más difíciles del Centro. En la casa de la derecha funciona una 'olla', es decir un expendio de drogas. Por las noches es intransitable. La imagen fue por supuesto tomada un domingo de toros, cuando todo el sector se llena de aficionados y vendedores, por lo que el bazuco (algo así como crack) cede sus terrenos a la manzanilla, y las papeletas a los toldos. Es en fin un lugar pintoresco, incluso en su estado actual, que podría ser uno de los más agradables de la localidad (y por ende de la ciudad). De mejorar, cobraría sentido la doble señal de tránsito de la derecha.

7 comentarios:

Ardilla Viajera dijo...

Me pareció que se parece a una calle de esas cerca al ferrocarril en la calle 19... Pero en fin... cuántas calles perdidas... Abrazos.

FJavier dijo...

Su historia, el grafiti de la izquierda, lo empinado de la bajada, y su aspecto marginal y canalla me recuerdan el lugar donde nací. Nunca supuse que también estuviera en Bogotá.

Un “Déjà vu”.

Raúl dijo...

Gracias por tu recomendación. Y gracias también por tu vsita a mi blog.

Anónimo dijo...

dificil de reconocer -de día- esta calle. espacios de la ciudad congelados, impenetrables. Bien por tratar de tenerlos en cuenta en el blog, bien.

Biovisor dijo...

Guau!, creo que uno de los retos más difíciles a la hora de retratar es resaltar la belleza en lo tenebroso, lo oscuro e impenetrable.
Felicitaciones! Otro regalo maravilloso que nos das de esta laberíntica ciudad.

Miguel Baquero dijo...

Lástima cómo se pierden unos barrios. Me asombra que sea uno de los barrios del centro. En mi ciudad, los barrios "conflictivos" suelen estar en las afueras

E. C. Pedro dijo...

Como la mayoría de los centros de las capitales latinoamericanas, el de Bogotá sufrió un intenso proceso de abandono, que condujo a una decadencia generalizada. El Bogotazo del 9 de abril de 1948 (artículo de Wikipedia acá) contribuyó notablemente al bajón de la demanda inmobiliaria en la zona. Se tumbaron una gran cantidad de edificios y casas de gran valor, para construirse en principio parqueaderos y más parqueaderos. La oferta daba para cualquier cosa. Aunque en algún momento se pensó en desplazar las oficinas gubernamentales, como los ministerios, la gobernación, el ayuntamiento, la residencia del Presidente, el Congreso y tantos otros, por fortuna hubo un cambio de planes. Pese a la dejadez creciente, la presencia institucional y la creación de varias universidades y colegios en el sector, permitieron que su estructura básica permaneciese. En todo caso, cuando yo llegué a la ciudad proveniente de mi Manizales natal, el centro era un desastre. Pese al llamado “Milagro bogotano”, cuyos elementos examinaré en otra entrada, hay muchísimas zonas del centro que siguen siendo presa de la incuria y de la apatía. La calle de la foto, para mi gran ilusión, hace parte de un interesante y motivador proyecto de recuperación urbana, con el que se busca unir el Mueso Nacional, en la calle Veintiocho, con la Biblioteca Nacional, en la Veinticuatro, utilizando el continuo creado por el Parque de la Independencia, las Torres del Parque y la Plaza de Toros. Ya están excavando la Avenida Veintiséis para construir una plataforma, idea de el arquitecto Salmona.